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Hacia la globalización en la educación
Para describir la globalización del sistema educativo en América Latina, es clave tener una idea acerca de que mejor define a la globalización y sus efectos residuales en los niveles socio-educativos. En tal sentido, lo ideal es empezar a preguntarse:
¿Qué es la globalización en términos económicos?
El escritor colombiano y profesor, Gonzalo Morales (2001), define la globalización como "un nuevo orden mundial que proviene de los siete países más ricos e industrializados (Canadá, EE.UU., Alemania, Japón, Italia, España y Australia), con el fin de asegúrese la introducción y la hegemonía del nuevo capitalismo o influencia neoliberal que, no solo impacta a los mercados, sino a las mismas personas.
Por su parte, Alberto Acosta (2005) define la globalización como "un modelo económico que implica la utilización del capitalismo y que está obligando a todas las naciones del mundo -esencialmente- a adoptar un modelo burgués de producción, después de presionar a introducir un modelo de civilización burguesa monetaria ".
Sin embargo, en ambas definiciones, la evidencia actual demuestra que la globalización es una mega tendencia con aparente condición unificadora; así como en la economía y en los medios de comunicación, mismos que vienen de los países ricos para luego dirigerse a las naciones pobres.
En tales países, la incidencia de los programas de televisión, películas y tecnología del deshecho, entre muchos otros factores enajenantes; ha hecho que la gente pobre tenga diversión o entrenimiento y así fácilmente se olviden la pobreza en que viven sumidos (ver Graph1: el mapa de la pobreza frente a la riqueza en la portada del texto).
Consecuente con lo expuesto por ambos autores; Acosta y Morales, los siete países más ricos decidieron unir el superávit de sus economías; hace 65 años aproximadamente, con la visión de crear los organismos multilaterales de crédito. Por lo tanto, los países ricos ya foraron una arrogante institución a la que le dieron un retoque de 'padrino de los países pobres'; como parte de la Organización de las Naciones Unidas - ONU- donde se maquinó la desgracia de los pueblos que construyeron una suerte de castillos en el aire. Estos países fundadores de las mal llamadas Naciones Unidas, no contentos con la desgracia a la que sometieron a los países 'chicos', les conminaron a que firmen de obligada sus cartas de intención para con el nuevo endeudamiento externo.
Es así, que la historia de las nuevas y frágiles democracias en América Latina como de los países del Sudeste Asiático y las naciones subsaharianas,; se vieron y aún se ven acorraladas por el Fondo Monetario Internacional -FMI, el cual no ha dudado un solo momento en hacer efectiva la intervención armada de un país moroso a costa de cualquier mentira.
De esta manera, el mundo contemporáneo se encuentra una vez más, cara a cara con los dueños y señores del crédito financiero mundial. lo que parafraseando a Rosseau, 'érase una vez un vivo, que encontró un pedazo de tierra, lo cercó y dijo, esto es mío... y hubo tontos que le creyeron'; así es como se maneja la Banca y crédito financiero internacional. Esto último, a renglón seguido, determina el tipo de currículo que desde afuera desean implantarnos en nuestras escuelas, a fuerza de decretos o vía ministerio de la ley.
Dicho lo cual, el FMI ha venido a unirse a las frágiles economías mundiales y luego armar los programas de asistencia social, (mediante la participación de organizaciones no-gubernamentales ONG); las cuales operan -como queda dicho-a través de líneas de crédito y con tasas de interés ajustables a los ciclos económicos de cada realidad -pero- para desventura de los países en vías de desarrollo, esto se ha convertido en una pesadilla de nunca acabar.
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